Pasada la página correspondiente del calendario, de repente estamos ya en 2023. Suele ser un buen momento para hacer balances y establecer objetivos. Quienes conformamos REDCA, como tal red de consultoría artesana, no hemos incorporado, sin embargo, este código (aunque cada cual lo haga de forma individual). La red fluye, con más o menos intensidad, según épocas. Son ya muchos años de dejar que nuestros actos hablen de quienes estamos detrás de este proyecto. Somos conscientes de que podría haber otras formas de gestionar una red como la nuestra. Pero somos lo que somos. No le damos más vueltas. Eso sí, en 2023, si miramos lo que somos, no podemos evitar la reflexión: ¿cómo nos posicionamos frente al uso de la tecnología?
Como siempre, vaya por delante, que cuando aquí lees un artículo, no estás leyendo el punto de vista de REDCA. Simplemente, estás accediendo a una de las caras del poliedro que conformamos. Así que no queda otra que echar un vistazo a quién es la persona que firma el artículo para buscar odios o amores. Ahora bien, si decimos que hacemos consultoría artesana, creo que no podemos eludir una respuesta: de alguna forma nos debemos explicar respecto a la manera en que incorporamos la tecnología a nuestra actividad profesional. En 2023 no hay plan B: la tecnología (también) nos define.
Soy de los que creo que no se puede negar la mayor. Si ya has comenzado a salsear con ChatGPT y lo has hecho desde una mínima postura crítica, seguro que te estás planteando cómo este tipo de asistente puede sumar al trabajo que, como humanos, somos capaces de sacar hoy en día adelante. Frente a esa clara definición pretérita de «buscador» plano, de caja tonta, en la que introduces un término de búsqueda y se listan resultados; frente a ese estándar, ahora la relación cambia. Ahora, la propuesta es dialogar.
Nuestra actividad de consultoría pasa necesariamente por entender la situación. ChatGPT necesita entender y para eso el flujo de la conversación es importante. Eso sí, la inteligencia artificial implica que, en su inmensa mayoría, la conversación tiene que ver con entender el pasado. Es más, se trata de un pasado que se detiene en 2021. ChatGPT se alimenta de una realidad que se corta en 2021. Sin embargo, su salto cualitativo tiene que ver con parece que nos entiende.
¿ChatGPT sería capaz de proponer un futuro? Sí, pero parece que se autolimita a no hacerlo. ¿ChatGPT puede ayudar a entender el pasado? Sí, pero sobre la realidad interpretada a partir de unos datos que son, en sí mismos, pura ideología. Y así debe quedar evidente —al menos, hasta el día de hoy— su aportación. El matiz es importante porque ese es el espacio que debe ocupar, de momento, la tecnología. Me refiero a nuestro campo de juego: la consultoría artesana. Claro que esto no debe impedir que con la tecnología también podamos jugar a mirar al futuro. Pero ahí no debe aparecer resquicio alguno: la decisión es humana. Esta es la cuestión. Sea decisión nimia o trascendental. Daría para mucho esta discusión, ¿verdad? Porque la inteligencia ya toma miles y miles de decisiones en nuestro lugar.
Pudiera haber quien negara la mayor. ¿Cómo es posible que en una ecuación en la que incluyes la variable artesana me puedas querer colar el gol de ChatGPT? Insisto, vivimos en 2023. Y, aunque ya de por sí nuestra propuesta artesana pudiera proyectar cierto componente de otro tiempo, sin embargo, la fundamentamos en el presente y con la idea de que se proyecte hacia el futuro. Por eso, prefiero no rehuir y encararla desde un posicionamiento crítico. No quiero negarla, quiero humanizarla. Hasta donde pueda.
Te invito a que leas los dos artículos que Amalio Rey ha publicado recientemente sobre esta inteligencia artificial: Mis 23 cents sobre #ChatGPT: lo que cuenta un sobreviviente del Efecto Eliza y 25 tareas que he probado con #ChatGPT: ejemplos y resultados. Aunque Amalio no forma parte de REDCA en la actualidad, su trabajo de consultoría se sigue moviendo en territorios cercanos a los de nuestra red. Por eso creo que puede ayudarte a entender de qué estamos hablando.
Por otra parte, fue a Manel Muntada a quien primero escuché hablar del filósofo mexicano Roger Bartra. Tan solo he leído dos libros de este autor, Antropología del cerebro y Chamanes y robots, pero he creído descubrir en él una manera de entender nuestra relación con la tecnología. No se trata de renegar, sino de continuar en la línea —con la que siempre digo, por cierto, que me siento turbadoramente incómodo— de lo que Eudald Carbonell y Robert Sala nos proponían en Aún no somos humanos. Si quieres sentirte inquieta, lee este texto de Jorge Riechman sobre el libro de Carbonell y Sala. Sí, me siento un consultor artesano tecnófilo, pero, sobre todo, crítico. Crítico con la tecnología que tenemos a nuestra disposición.
Tengo claro que, en una permanente contradicción, que voy a hacer uso de ChatGPT en mi labor como consultor artesano (insisto en que leas los dos artículos de Amalio Rey). ¿Acaso no usamos los buscadores? Pues ahora es más de lo mismo, pero en un entorno de conversación. Eso sí, cada vez que nos hacemos acompañar de esta inteligencia artificial, solo vamos a encontrar una respuesta. Google nos devuelve una lista de resultados. Aunque luego, en la práctica, claro está, todos sabemos que el primero es el que cuenta en esta economía de lo inmediato. La Wikipedia, en cambio, nos devuelve lo mismo que ChatGPT: una única página. Pero es una página esencialmente humana, con personas detrás organizadas en un modelo que sorprendentemente sigue en vigor, soportando un escalado descomunal.
Como seres humanos que somos, hemos sido capaces de intermediar tecnológicamente con el mundo. Vemos con gafas, escribimos con un bolígrafo o con un teclado (o dictamos texto a dispositivos que lo ¿entienden?), nos movemos pedaleando en una bicicleta, leemos en un libro de papel o en una pantalla. Todo es intermediación tecnológica. La realidad no es sino intermediada. La consultoría artesana es intermediación. Lee a Manel cuando intenta explicarnos qué es y cómo formar en consultoría artesana.
Seguimos produciendo artesanía. Seguimos engendrando creaciones únicas. ChatGPT es una forma evolucionada de intermediar para alcanzar el fin que perseguimos. Es como siempre. Es como nunca antes.
Imagen de Gerd Altmann en Pixabay.
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