Ibon Urretavizcaya
Comencé mi andadura profesional trabajando para diferentes estudios de arquitectura. En esos años me di cuenta de que lo que realmente me gustaba era diseñar y transformar los procesos para simplificarlos y hacerlos más eficaces, buscando siempre la mejora común.
En 2005 asumí el reto de liderar la empresa familiar, transitando un complejo relevo generacional, al vez que innovaba en la gestión y el liderazgo de la empresa.
En 2012 comencé a formarme en el ámbito del acompañamiento y facilitación de espacios de crecimiento para personas, donde mi capacidad para escuchar y conectar fue clave para poder crear junto a Aurora Ferro el proyecto utilitas.
Visualicemos las 6 etapas de los seres humanos y cuidemos como sociedad
Es habitual que las empresas tengan un departamento de Recursos Humanos y que esa simple nomenclatura genere roces con la mirada actual sobre la complejidad humana.
Por ello propongo un nuevo nombre G.C.H. (Gestión de la Complejidad Humana) para estos departamentos. Y que guarden las siglas R.R.H.H. para los futuros departamentos de Recursos Humanoides, que serán muy necesarios en un futuro cercano donde tendrán que gestionar como recursos a diferentes tipos de robots.
Pero no quiero proponer un simple cambio de nombre, sino un cambio de punto de vista y para ello quiero mostrar la complejidad de cada vida humana, conceptualizando las 6 etapas vitales por la que pasa cada ser humano, en orden inverso:
- 6ª etapa, cuando ya no estamos, cuando una vida acaba, es la etapa final e inevitable de todo ser humano y afecta en gran medida a las organizaciones, a las familias y la sociedad en su conjunto. Aunque sea un tema tabú en la sociedad y en las organizaciones en particular.
- 5ª etapa, cuando el ser humano es «mayor/anciano». En esta etapa lo habitual es que la persona no tenga relación directa con una empresa, no trabaja de manera productiva para la sociedad y es habitual que demande relaciones de dependencia con otros humanos y organizaciones.
- 4ª etapa, cuando somos adultos, cuando trabajamos de una manera activa y productiva para la sociedad. Normalmente, esta es nuestra etapa de mayor potencial vital y la que desde un punto de vista de R.R.H.H. somos de interés para las empresas.
- 3ª etapa, cuando la persona es adolescente, empieza a tener sus primeras experiencias laborales y sobre todo es una etapa llena de experimentación con una gran energía vital.
- 2ª etapa, la niñez, cuando el ser humano es más dependiente de su entorno social y los procesos de aprendizaje son constantes en todas las áreas vitales.
- 1ª etapa, cuando aún no estamos, pero se nos espera, se nos desea o simplemente existe el constructo social de que los futuros padres deberían ir pensando en tener descendencia.
Desde este punto de vista, podemos reformular la manera desde la que gestionamos nuestra relación con otros humanos, fuera o dentro de una organización concreta.
¿Cómo sería tener una conversación con una persona viendo en ella sus 6 etapas?, las que ya ha pasado y las que aún están por llegar.
Comprender que la persona con la que hablamos se ha ido construyendo pasando por esas etapas, que si ahondamos suficiente podemos acceder a los recursos que ahí se generaron. Y que las etapas que tiene por delante influyen en su manera de interactuar hoy con nosotros.
¿Cómo sería comprender que esa persona en este momento interactúa con otras personas que están en diferentes etapas?, y eso afecta a su capacidad de estar en la organización al 100%.
Comprender que todo su entorno forma parte de su forma de aportar a la organización y a la sociedad. Dar lugar a que sea natural dar cabida a toda esa complejidad vital, sin que ello se viva como un impacto negativo sobre la economía de la organización.
¿Cómo sería una sociedad cuya economía se apoyase sobre constructos relacionales humanos y no sobre constructos dinerarios?
Y si a eso le añadimos la concepción del planeta tierra como nuestro único ecosistema viable, que deberíamos cuidar para evitar pasar todos de manera súbita a la 6ª etapa y extinguirnos como especie.
Cambiar un paradigma social es difícil, pero si cada día visualizamos un poco más como podría ser esa nueva forma, el paradigma irá emergiendo por sí solo a nuestro alrededor. Así que cuando tengas tu próxima conversación imagina las etapas que aún no ves de tu interlocutor, quizás te ayude a cocrear un nuevo paradigma que te cuide en tu futuro.
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